Lunes, 27 Marzo 2017 16:11

Fiebre amarilla. Una vez más en la pantalla de radar en las Américas.

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El 8 de marzo de 2017, Catherine I. Paules y Anthony S.Fauci publican en The New England Journal of Medicine un análisis sobre el resurgimiento de la Fiebre Amarilla en las Américas, “Yellow Fever. Once again on the radar screen in the Americas”.

Los autores analizan el surgimiento y resurgimiento en las Américas de 5 virus transmitidos por mosquitos (arbovirus) y su rápida extensión en poblaciones no expuestas previamente lo que determina una alta morbimortalidad. Se plantea entonces, una alerta sobre lo que significa este problema no solo para los países donde estas enfermedades son endémicas, sino a nivel mundial.

La primera de estas epidemias fue el resurgimiento en los años noventa en América del Sur y el Caribe del Virus del Dengue.

Posteriormente, se asistió a la epidemia del Virus del Nilo Occidental en 1999, enfermedad hoy endémica en EEUU.

En 2013 llega la tercera de estas epidemias, el Virus Chikungunya, fundamentalmente en el Caribe y Sudamérica, que sigue determinando, hasta el momento,  gran morbilidad.

El Virus Zika, es una de las más recientes epidemias, alcanzando el mayor auge en Brasil durante 2015 y extendiéndose rápidamente a más de 60 países a través de personas que viajaron a áreas afectadas.

Más recientemente, durante el 2016, resurge otro arbovirus, en zonas rurales de Brasil, causante de la Fiebre Amarilla.

El análisis de los autores de este trabajo se centra en esta última enfermedad, destacando varios aspectos de importancia epidemiológica.

Todos los casos de este brote de Fiebre Amarilla en Brasil, han sido de ciclo selvático o silvestre, donde el ser humano es un huésped incidental durante la transmisión activa en primates no humanos por mosquitos de este hábitat. Este brote ha afectado a los estados e Minas Gerais, Espírito Santo y Sao Paulo con un número muy superior de casos con respecto a los años anteriores, reportándose hasta febrero de 2017, 234 casos confirmados y 80 muertes, con nuevos casos en estudio de forma diaria hasta el momento actual.

Aunque no hay evidencia de transmisión de persona a persona a través del mosquito Aedes aegypti (ciclo de transmisión urbana) este es uno de los riesgos principales ya que el brote afecta a áreas rurales cercanas de centros urbanos densamente poblados donde las personas son susceptibles (no han desarrollado nunca la enfermedad ni hay vacunación sistemática).

Al igual que ha sucedido con las epidemias de los otros arbovirus como Dengue, Zika y Chikungunya una de las principales causas de la amplia propagación está vinculada a la movilidad o viajes de las personas enfermas desde áreas afectadas a zonas donde se encuentra el vector. Así, es posible que se produzcan casos de Fiebre Amarilla relacionados con viajeros en otros países con la posterior transmisión autóctona en áreas no endémicas.

Históricamente, la vacuna de la Fiebre Amarilla, los esfuerzos en el control de los mosquitos y las mejoras en los sistemas de saneamiento disminuyeron drásticamente los casos en América, aunque continuaron produciéndose de forma esporádica brotes de magnitud variable en las regiones tropicales.

La vacuna de la Fiebre Amarilla, es una vacuna viva atenuada que produce inmunidad en más del 99% de los vacunados con una sola dosis. Uno de los problemas relacionados a la vacuna, es que la reserva mundial de la misma para situaciones de emergencia es limitada y se necesita un tiempo prolongado para su producción lo que dificulta el control de los brotes. Un ejemplo de esto es lo que ocurrió en el gran brote urbano iniciado en 2015 en Angola, que se extendió a la República Democrática del Congo y causó casos en otros países relacionados a viajeros. En esa situación, la reserva mundial de vacunas de emergencia reservada para la respuesta epidémica se agotó, lo que llevó a las autoridades sanitarias a inmunizar a los habitantes de algunas zonas utilizando una quinta parte de la dosis estándar para ampliar el suministro.

Otro problema adicional es que el reconocimiento rápido de la enfermedad en zonas no endémicas es dificultoso, por lo que plantean que es fundamental el conocimiento del cuadro clínico por parte de la comunidad médica y un alto índice de sospecha en viajeros enfermos procedentes de zonas endémicas (1).

Se plantea para finalizar, que la Fiebre Amarilla es la más grave de las enfermedades causadas por arbovirus circulantes en las Américas. 

A la luz de la gravedad de esta enfermedad históricamente devastadora, los autores plantean que resulta crítica la toma de conciencia y la preparación de la comunidad médica para el correcto manejo de los casos individuales y la toma de medidas de salud pública tendientes a evitar la transmisión y el resurgimiento de esta enfermedad.

(1) Para más información sobre la presentación clínica de esta enfermedad “ Fiebre Amarilla, actualización epidemiológica en las Américas” (disponible en: http://www.infectologia.edu.uy/novedades/alertas-epidemiologicas/fiebre-amarilla-actualizacion-epidemiologica-en-las-americas )

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